Add parallel Print Page Options

Los gobernadores antedichos abastecían, cada uno en su mes, al rey Salomón y a todos sus comensales, sin dejar que les faltase de nada. También hacían llegar por turnos al lugar donde estuviera el rey, cebada y paja para los caballos de tiro y de montar.

Sabiduría y fama de Salomón

Dios concedió a Salomón una sabiduría y una inteligencia excepcionales y un corazón tan dilatado como las playas marinas.

Read full chapter